Este sexto y último tomo de la Historia comparada de las literaturas argentina y brasileña se ocupa del período que se extiende entre 1970 y 2010. Este momento de la historia se corresponde a la expansión y consolidación de varios fenómenos que se difundieron a través de las industrias culturales en auge. De ese amplio catálogo participan la crítica instalada como género, los coletazos del boom de los 60 que redundan en el despliegue de un público lector creciente (con Cortázar y Amado como autores emblemáticos), la historieta en tanto cruce de códigos que da cuenta del contexto social y político (Mafalda y Mónica) y el cine que abandona los cánones comerciales para alternar entre el documentalismo de Birri y la creación original de Glauber Rocha. En otro orden, América Latina es centro irradiador de la Teología de la Liberación, que encuentra en Argentina y Brasil acaso su origen, o al menos sus enunciadores más relevantes. Algo similar ocurre en el plano musical, donde el rock –con aditamentos locales que le proveen un sesgo tanguero o un aire de bossa nova-- se equipara a la poesía. Así, mientras en la letras de las canciones prolifera la subjetividad del habitante urbano, en la obra de las grandes poetas, que tienen en Pizarnik y Hilst sus nombres mayores, se inscribe la subjetividad astillada o provocadora. Son la contracara de la mirada sobre la ciudad sitiada que abruma en la narrativa de Soriano y Fonseca y cuyo correlato marginal se impone en Ferréz y Cucurto en el recorrido que propone el volumen final de esta colección.