Una tensión domina el período que se extiende desde la caída de los gobiernos populistas hasta "la conciencia trágica del subdesarrollo" que Latinoamérica asume en los años 60: la que oscila entre la búsqueda de un refugio privado y la asunción del compromiso político. Esas alternativas enmarcan el boom en la década inmediatamente posterior a la Revolución Cubana, fenómeno estrictamente contemporáneo de la Teoría de la Dependencia que clausuró con un diagnóstico desolador el entusiasmo desarrollista iniciado hacia mitad del siglo. Así, a los ensayos optimistas de Raúl Prebisch y Celso Furtado les responden los textos desencantados de Fernando Henrique Cardoso y Theotônio dos Santos, beneficiarios de cierto repertorio sociológico instalado por Gino Germani y Florestan Fernandes. En otro orden, la preferencia por el género fantástico en autores argentinos como Cortázar, Bianco y Bioy Casares encuentra correspondencia en Brasil a través de Lispector, Lins y Rubião, al tiempo que la poesía se vuelve vocera de militancias políticas, y el teatro exhibe su aptitud para representar cambios sociales y conflictos culturales, además de encarar la denuncia dramática del contexto. La ebullición de los géneros indagada en este volumen suprime las convenciones tradicionales y exige otras reevaluaciones, las que operan sobre los cánones nacionales e instalan a Borges y Guimarães Rosa, respectivamente, como clásicos universales desde las construcciones estéticas de la pampa y el sertão.