Sobre terrorismo, nacionalismo y ¿progresismo?
Este libro versa sobre dos temas. El primero y más inmediato es la vinculación objetiva entre el proyecto soberanista del nacionalismo vasco -concretado por el momento en el llamado «plan Ibarretxe»- y la persistencia de la intimidación terrorista contra la sociedad vasca. A este efecto se analiza la trama de complicidades y apoyos al entorno social etarra con que el PNV, EA e IU han procurado rentabilizar políticamente durante los dos últimos años el clima de coacción que la banda supo imponer, presentándose como sus herederos ante su probable próximo finiquito.
El segundo tema tiene mayor calado y más alcance. Es la denuncia de la inestimable colaboración que cierto «progresismo» ha prestado al desastre vasco, a veces con su cautelosa inhibición ante los crímenes terroristas y en muchos otros casos mostrando una simpatía comprensiva por el ejecutivo nacionalista que regatea, en cambio, al Gobierno estatal. Pero el mal no se limita a Euskalherria, porque también en otras regiones -a veinticinco años de proclamada la Constitución- cualquier invocación al «pluralismo» aunque sea por motivos caciquiles es considerada progresista, mientras que recordar la unidad de España resulta fascismo de mal gusto. Este es el gran fraude ideológico, educativo y político de nuestra democracia: y el origen de la principal amenaza que pesa actualmente sobre ella.